Las peligrosas tendencias modernas

Aprende sobre la feminidad y masculinidad hoy en día, y las peligrosas tendencias que se manifiestan en las relaciones amorosas.

Actualmente, el mundo está experimentando una crisis en torno a la sexualidad. Existe un deterioro en el desarrollo sexual de las personas, y por consecuencia en la calidad de muchos como individuos. Recordemos que una sexualidad limitada afecta directamente al desarrollo de una persona.

Hoy en día, aproximadamente un 45% de mujeres y entre 20 y 30% de hombres presenta alguna disfunción sexual, y este número aumenta con la edad; ≈25% de hombres y ≈40% de mujeres sufre de deseo sexual hipoactivo (falta de interés sexual) y a nivel general existe una mayor tendencia en trastornos de excitación sexual, orgasmo e incluso de dolor durante el sexo. [1]

Ilustración de mujer con los brazos en alto gritando. Frustrada por las relaciones hoy en día

Uno de los factores que puede explicar la diferencia entre hombres y mujeres es la tendencia en crecimiento de la mujer heterosexual a resistir al hombre, o rasgos generalmente masculinos a nivel sexual. Esto se puede ver gracias a que muchas mujeres modernas asumen energías masculinas en su propio desarrollo. [2]

Las mujeres heterosexuales femeninas y la energía masculina

Algunas mujeres heterosexuales demuestran una personalidad robusta, dominante, cautelosa y competitiva en su día a día; sin embargo, a nivel sexual prefieren a una pareja que pueda ofrecerles ese perfil y que de esa manera no tengan que asumir ese rol en sí mismas. Creemos que estas mujeres heterosexuales, a pesar de sentir que es positivo tener esa capacidad para valerse por sí mismas, a la hora de elegir pareja se suelen inclinar a una persona que les pueda cortejar y ofrecer estas cualidades, de manera que en la relación tengan el espacio para sentirse más femeninas. Sin embargo, muchas mujeres que presentan estas características de manera extrema, a pesar de ser más exitosas a nivel profesional, pueden ser susceptibles a una resistencia a la apertura sexual, dificultando la formación de una pareja sana. [3]

La consecuencia de esto es que muchas mujeres cumplen con el rol energético femenino, pero también el masculino. Por lo tanto, a la hora de buscar una relación heterosexual tradicional, existe ya una predisposición y resistencia. Esto no quiere decir que las mujeres con estos rasgos están haciendo algo negativo, ya que muchas de estas características surgen por historias personales o familiares de abusos, abandonos, violencia, o en general experiencias negativas en las relaciones y el sexo. El problema es que realizan una compensación del rol masculino como un mecanismo defensivo. Esto forma el espacio y la frecuencia donde, por la estancia defensiva que mantienen, pueden buscar hombres con un bajo apetito sexual, poco confrontativos y casi sumisos con la idea de evitar enfrentamientos de cualquier tipo.

Stephen Hedger, un consejero matrimonial dice: Es importante entender que las mujeres que se vuelven masculinas y autoprotectoras no son el problema. El problema es si ella siente que tiene que vivir allí para estar segura o si se ha quedado atrapada allí sin saberlo. Cuando una mujer femenina se queda atrapada en la energía masculina, verá a su esposo como controlador o débil, como un matón u otro niño al que cuidar.[4] Estableciendo así relaciones íntimas con bases poco saludables que vuelven improbable que persistan a largo plazo.

Los hombres heterosexuales masculinos y la energía femenina

Por el lado de los hombres, las manifestaciones sexuales y sus consecuencias suelen ser más agravantes. Como tendencia general, hay una reducción de testosterona y cantidad de esperma en los últimos años. Los adolescentes hoy en día tienen menos de la mitad de los espermatozoides en comparación con dos generaciones atrás. En Estados Unidos, el recuento de espermatozoides promedio se reduce un 1.5% cada año. [5]

El autor Roger Horrocks en su libro 'Masculinity in Crisis’ de 1994 describe: “La masculinidad como la conocemos en nuestra sociedad requiere tal identidad autodestructiva, una profunda abnegación masoquista, un encogimiento del yo, un giro lejos de áreas enteras de la vida, que el hombre que obedece a las demandas de la masculinidad se ha vuelto solo medio humano” [6].

Horrocks añade que en sus experiencias en consulta, muchos hombres esbozan como “para convertirse en el hombre que se suponía que debía ser, tuve que destruir mi mayor lado vulnerable, mi sensibilidad, mi feminidad, mi creatividad, y también tuve que pretender ser más o menos poderoso de lo que me siento.” [7]

Esta tendencia es sumamente peligrosa y tiene como resultado una distorsión de la energía masculina que genera hombres tóxicos y en desconexión con su interior o, por el otro lado, un rechazo y feminización de la energía masculina. [8] Esto en jóvenes y adolescentes puede generar una identidad auto-hiriente y crea un enorme nido de inseguridades e incertidumbres. El resultado son hombres que con complicaciones profundas para administrar de manera saludable interacciones o relaciones íntimas.

Sin embargo, esto NO tiene como objetivo justificar que al haber mayor testosterona en generaciones anteriores haya existido una masculinidad más sana. Al contrario, nos indica que el problema va mucho más allá, donde pasamos de una masculinidad desmedida que ha hecho daño a la feminidad y generado situaciones de peligro, violencia, abuso y control indeseables y que no se deberían de repetir; a un rechazo que con el pasar de los años se vuelve más preocupante. Esto ha sido uno de los mayores detonantes que han generado que algunas mujeres heterosexuales femeninas modernas decidan compensar ese lado masculino y ser mucho más defensivas en torno a la sexualidad; al igual que en los hombres generando una predisposición de trastornos sexuales, algunos ya mencionados.

Ilustración de un hombre pensativo, reflexionando sobre su sexualidad.

Esta distorsionada masculinidad moderna sin embargo, no tiene un resultado positivo. Esto porque la masculinidad en sí no va a desaparecer. Pues, al final, y no solo en el ámbito sexual, las energías que son resistidas y rechazadas, perduran. Por lo tanto, el producto de esto, es una manifestación de la masculinidad más perversa y hostil. Generando un bucle donde la masculinidad es rechazada y suprimida por el miedo a situaciones de violencia y abuso, pero abriendo el ambiente donde individuos con estas características e intenciones prevalecen y se potencian. [9]

Los individuos con energía masculina deben tomar conciencia y recuperar los valores positivos de la sexualidad masculina. Evitar tomar un perfil masculino energéticamente tóxico y abusivo y buscar el perfil de la fortaleza, competencia, responsabilidad, tolerancia a la frustración y regulación emocional balanceada.

Los hombres heterosexuales con una masculinidad distorsionada, las relaciones y el sexo

Si un hombre rechaza la búsqueda de una masculinidad saludable con atributos similares, también nulifica que estos se presenten en una relación [10] y por ende generando muchas de las situaciones que se pueden ver el día de hoy: Padres que abandonan a sus hijos al verse frustrados por la responsabilidad; hombres con problemas de compromiso cuyo único objetivo es satisfacer sus impulsos sexuales físicos; hombres con la ausencia de madurez para solucionar conflictos, en casos recurriendo a la violencia como único recurso; falta de liderazgo, decisión, ambición y determinación; y muchos otros casos que seguro que basado en sus experiencias propias se habrán encontrado.

Esto deja a muchas mujeres con la opción de elegir al hombre con atributos tóxicos, u hombres pasivos, con falta de asertividad y convicción. Perfiles limitados con carencia de balance o capacidad para realmente satisfacer las necesidades a largo plazo en una relación de pareja heterosexual tradicional saludable.

Se puede ver la ausencia de estos atributos en parejas que se separan después de los pocos meses al aprender que el otro buscaba únicamente seguir un impulso sexual y no comprometerse, relaciones de insatisfacción y aburrimiento, infidelidades o manipulaciones. Esto deja a la mujer con la responsabilidad de suplir por ambos en una relación, y lo peor de todo, cargar con toda la responsabilidad familiar ellas solas.

En adición, esto ha producido un conflicto moderno donde muchos hombres buscan una relación para reafirmar su masculinidad con la mujer y el sexo. Un hombre NO debería acudir hacia una mujer para encontrar su fortaleza o masculinidad; tendría que ir hacia una mujer para ofrecérsela. Esto es lo que permite que dentro de la relación el hombre pueda ofrecer esos atributos positivos, porque no los va a descubrir, si no que ya los posee y los provee.

Es aquí donde surge el típico caso de hombres que presumen sus encuentros sexuales, ya que sienten que a través de ellos reafirman su masculinidad, dejando a la mujer en un espacio donde se sienten usadas. Consecuencia natural de un acto donde no se busca intimar, si no reafirmar una identidad y conseguir algo. Con esto en mente, solo es natural que muchas mujeres pierdan interés sexual y se encierren.

Esto tampoco significa que se tiene que ser perfecto antes de ingresar a una relación. Naturalmente existen procesos que se desarrollan dentro de la misma, recordemos que la sexualidad nos sirve para el autodescubrimiento. Lo que no se debe hacer es ingresar a una relación con la única intención de encontrar validación y apaciguar inseguridades e insatisfacciones.

Aquí es donde también se le atribuye a la mujer la responsabilidad de discernir con claridad a quién premia con su sexo. Es fundamental entonces entender la importancia del autoestima y el peligro de satisfacerse con cualquiera.

Conclusiones

Si como individuos contribuimos a la prevalencia de prácticas sexuales que no contribuyen nada positivo a largo y mediano plazo dentro de nuestro desarrollo personal, estamos asumiendo la responsabilidad de una desestabilización a un desarrollo de un estilo de vida pleno en nosotros mismos y en nuestras familias.

Seguro que a estas alturas has podido identificar que dentro de tu propia sexualidad existen situaciones como las mencionadas, que en alguna ocasión te habrán generado frustración o dolor. También es posible que no te hayas dado cuenta que estás en una situación perjudicial para tu autodesarrollo.

Es precisamente este el motivo por el cual en Winky nuestra misión y visión toman como base fundamental estos conocimientos para desarrollar una sexualidad plena y saludable. Con esto, nuestra marca se enfoca en cómo podemos ayudar y apoyar a individuos, especialmente sabiendo que navegar la sexualidad puede ser un reto para muchos. Nuestra estrategia es conseguir relaciones sanas, sin importar las dinámicas específicas que contengan, y compartir información para facilitar esto.

Como reflexión, es importante que hagamos las preguntas adecuadas para llegar a la consciencia y entender que nuestra sexualidad y relaciones no se presentan fortuitamente. Queremos fomentar la observación de nosotros mismos, ser más perceptivos de nuestros impulsos sexuales y tener la capacidad de identificar sus orígenes. Hacer preguntas como:

● ¿Qué puedo aprender aquí?

● ¿Esto realmente me beneficiará?

● ¿Realmente deseo una pareja? ¿Por qué?

● ¿He visto estos atributos/comportamientos antes?

Es un buen primer paso para eventualmente elevar el entendimiento de nosotros mismos y así atraer y mantener relaciones más sanas.

Eduardo Parra

Fundador de Winky, artista, diseñador y arquitecto. Vivo en Canadá y vivo por fomentar un estilo de vida saludable en aquellos que me rodean.

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